Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Seguimos con la marcha atrás

17 de marzo de 2023

Los empresarios son conscientes del retroceso que viene experimentando el sector desde la óptica normativa. Las medidas que se adoptan en las autonomías, con escasas excepciones, son cada vez más duras y plantean más trabas para el normal desarrollo de los negocios. La industria del juego está viviendo una progresiva marcha atrás en sus leyes y reglamentos sin que muchas de sus medidas adoptadas respondan a una justificación real avalada por análisis probatorios o dictámenes concluyentes.

Este más que palpable retroceso coincide en el tiempo con el considerable esfuerzo que el empresariado del juego viene desarrollando en materia de responsabilidad social corporativa. En realizar campañas de información y prevención entre los más jóvenes para alertarles de los peligros derivados de las adicciones. En ponerse al lado de cualquier acción que contribuye a que el juego sea cada vez más un ejercicio de expansión y entretenimiento realizado en un marco seguro. En colaborar con los gobiernos autonómicos en todo aquello que represente control de la actividad.

Desde la perspectiva empresarial, que en todas las iniciativas descritas invierte dinero y recursos humanos, resulta absolutamente descorazonador el constatar que cuanto más afán se pone al servicio del juego responsable más duras son las respuestas de las administraciones con el sector. Que si por algo se distinguen es por su carácter marcadamente restrictivo. Hasta el extremo de ahogar los negocios y, en el plano de los fabricantes, someterlos a exigencias inasumibles que rompen la unidad del mercado.

La pregunta es de catón: ¿ Esta valiendo la pena el esfuerzo empresarial en cuestión de juego responsable sí nos atenemos a la actitud que muestran las administraciones ? Todo indica con claridad que no, que no está sirviendo de nada. Antes al contrario da la impresión de perjudicar, de magnificar el problema, de servir de acicate para que los gobiernos actúen en contra. Sin embargo, habrá que seguir, no queda otro camino, Aunque nos invada la decepción por tanto trabajo baldío.