Hacía tiempo que no lo veía y debo decir que está donde siempre ha estado a lo largo de un montón de años: en la brecha del trabajo, en el que anda metido desde que era un chaval, pensando en iniciar proyectos y no dándose respiro para poder llegar a los varios frentes que lleva entre manos y que le absorben la mayoría de su tiempo.
Pero nada arredra a José Ballesteros cuando se trata de mantener en lo más alto su espíritu emprendedor, ése que ha conservado intacto desde que tenía doce o trece años y cuya regla de oro no ha sido otra que la del esfuerzo constante y sin desmayos que son los que logran, partiendo de cero, la escalada hacia el podio de los triunfadores.
Ballesteros, rejuvenecido en lo físico y en estado de permanente alerta en lo mental, no cesa en su afán por contribuir a la mejora y desarrollo del bingo, un sector del que es acreedor por haberle sabido aportar innovaciones que han resultado claves para su evolución. El bingo electrónico es un claro ejemplo de ello que habla de su visión avanzada a la que debe de aspirar la actividad para ir diseñando progresivamente un futuro con pilares sostenibles.
Si algo ha sido Ballesteros en el bingo y lo sigue siendo es un inconformista, un empresario que ha combatido normativas que impedían al sector desenvolverse y desarrollarse con unos ciertos límites de libertad para crecer y desenvolverse con normalidad. Algo que el bingo ha tenido extremadamente difícil y por lo que ha bregado Ballesteros tratando de sacar la actividad de un círculo asfixiante.
Al frente de FEJBA, como de ASECAL, José Ballesteros persiste en su labor por un bingo más competitivo y sostenible, y ahí sigue empleándose a fondo, con voluntad indomable y espíritu joven. Lo dicho: que está con ganas y hecho un chavalote. Pues a continuar en la brecha, Pepe.