Fui en su día testigo privilegiado del nacimiento de ZITRO. Johnny Ortiz me dió en su momento palabra de honor de que sería el primero en ser notario y dar fé del inicio de su gran aventura empresarial. Y cumplió su compromiso con el talante caballeroso que siempre le ha caracterizado. Por ésta razón me unen a la compañía sólidos lazos de amistad y afectos compartidos, en los que tanto Johnny como Manuela ocupan un lugar especial.
Tengo por tanto razones personales de mucha entidad para sentirme de alguna manera unido a los avatares de ZITRO, sus éxitos fulgurantes y las conquistas que viene haciendo en los mercados internacionales donde su amplia gama de productos satisface plenamente a los operadores convirtiéndose en un pasaporte idóneo para robustecer económicamente sus negocios.
Esta presencia de ZITRO en el mundo, que la convierte en empresa global de primera magnitud, es admirable por haberse producido en poco más de una década, un plazo muy breve para obtener un reconocimiento tan extenso internacionalmente hablando. Y éste despegue espectacular, hasta ahora inédito en el sector, se ha asentado en pilares muy sólidos: acusado sentido de la creatividad, ideas originales no puestas en práctica hasta ahora, voluntad de romper moldes y abrir puertas para que vayan saliendo un catálogo de juegos con espíritu claramente diferenciado que anticipan el futuro.
La última noticia que tenemos de ZITRO procede de Argentina donde Experience ha sido un evento de impacto extraordinario marca de la casa. De nuevo lampañía fundada por Johnny Ortiz pone notables distancias sobre sus competidores por sentido creativo en todos los órdenes, que incluyen la realización de actos que sobresalen por su tratamiento fuera de lo común, por su originalidad y su cuidado en el detalle.
ZITRO en el mundo equivale a aire fresco, capacidad para la anticipación, apostar y ganar, triunfo seguro. Lo dijo Johnny: "ganar no es cuestión de suerte.” Es ponerse en las mejores manos, que son las de ZITRO. Y yo lo celebro por mi cuenta.