Codere, la segunda empresa privada de juego en España tras Cirsa, quebró en 2021, dejó de cotizar en Bolsa y pasó a manos de sus acreedores. Luego, resucitó. Los fondos de inversión propietarios, con Davidson Kempner, PGIM y Jupiter a la cabeza, se convirtieron en accionistas. Han inyectado en dos tandas 325 millones de euros en la nueva Codere y han contratado un nuevo consejero delegado, Gonzaga Higuero. Su misión: sacar brillo a la multinacional de las apuestas. La venta, según fuentes de la compañía, no está sobre la mesa hoy. Pero sí está en algún lugar del mueble. La división de juego online de la nueva Codere New Topco, con sede en Luxemburgo, cotiza en el Nasdaq de EE UU y su marca patrocina clubes de fútbol de renombre como el Real Madrid, Club Atlético River Plate, Club Atlético Lanús (Argentina) y Rayados de Monterrey (México). Hay escaparate.
El nuevo consejero delegado de Codere tiene tarea por delante. Debe renovar la compañía, elevar el ánimo de una tropa de 11.000 empleados repartida por España, Argentina, México, Colombia, Panamá y Uruguay; remozar puestos de venta y locales; enderezar la rentabilidad de sus puntales al otro lado del Atlántico —México y Argentina—y dar aire al negocio en España, que supone un 27% del total de las apuestas. En España —934 salones recreativos, 6.182 bares, 9.131 máquinas tragaperras— tiene que estar muy atento, además, a las posibilidades de crecimiento. Hay muchas pequeñas y medianas compañías del sector, algunas de ellas de carácter familiar, que han llegado al límite tras la pandemia y pueden integrarse en un operador mayor. Leer noticia completa en elpais