En Codere, nuestro compromiso social empieza en casa. Queremos que los empleados puedan desempeñar su función en las mejores condiciones. Tanto los que ya forman parte del grupo como los que se incorporan.
Comenzar etapa e integrarse en lo desconocido, nunca resulta sencillo. Un estudio reciente refleja que, en posiciones operativas, aproximadamente el 50% de los nuevos empleados cambian de trabajo a los tres meses de empezar, y que un nuevo colaborador alcanza el nivel esperado de productividad entre los tres y seis meses posteriores a su incorporación. Esto se debe a que en muchas ocasiones se actúa como si el onboarding finalizase cuando el papeleo está firmado y la persona incorporada en su puesto. Lo cierto es que el proceso apenas acaba de comenzar.
Un correcto acompañamiento del recién incorporado durante sus primeros meses en la compañía, resulta clave para su buen desempeño y permanencia.
Somos conscientes de que, desde la primera toma de contacto con un futuro empleado, es fundamental lograr que sienta que somos su mejor opción, garantizarle que será bienvenido y que se integrará de manera positiva al equipo.
El proceso de onboarding, entre otras muchas cosas, sirve para compartir la cultura de la empresa, integrarse en el equipo, conocer el negocio y los procesos que se realizan en el día a día. De este modo, se estimula el crecimiento profesional y el sentido de pertenencia. Este objetivo no es solo del área de Personas, del jefe del colaborador o del departamento en el que se integra, sino de todos los que formamos parte de la compañía. Cada nuevo empleado se incorpora a un proyecto común que perseguimos en equipo. Por esa razón, en Codere todos somos tutores, y responsables de integrar y acompañar a los nuevos colaboradores.
Todos somos tutores: la acogida como responsabilidad compartida.
Considerando crítico el papel de cualquier área y persona de nuestra compañía cuando alguien se incorpora a nuestro equipo, ponemos en marcha nuestra propuesta de acogida, a la que hemos denominado “Todos somos tutores”.
Las diferentes etapas de este crítico proceso (preparación del ingreso, bienvenida, seguimiento y consolidación) son apoyadas por diversos materiales y herramientas que facilitan a todos los intervinientes su puesta en marcha de una manera sencilla, homogénea y exitosa:
· Nuestra Política global del proceso onboarding como marco de referencia en todas nuestras geografías.
· La Guía del proceso onboarding para managers y Personas que define qué hacer y cómo hacerlo en cada momento.
· La Guía de acompañamiento para las personas que ejercen como buddies de las nuevas incorporaciones en nuestras operaciones.
· Un plan de comunicación continuo con el nuevo colaborador desde antes y durante su incorporación, que contribuye a cultivar su vínculo con la compañía y le permite disponer de un mayor conocimiento de ésta.
· Variadas capacitaciones tanto online como presenciales que acompañan a la formación on the job.
· Un proceso de seguimiento con diferentes momentos de contacto que permiten conocer las impresiones del nuevo colaborador sobre su incorporación, así como la evaluación del manager sobre la persona recién incorporada.
· Una serie de recursos de apoyo que contribuyen a que se sienta acompañado durante todo el viaje.
El liderazgo, factor clave de éxito
El liderazgo ha de servir de guía, y el ejemplo ha de partir desde la cima, ya que todos somos líderes, responsables e impulsores del proyecto común.
Los nuevos empleados aprenden sobre el negocio no solo a través de los programas de onboarding, los acompañamientos o de la formación, sino también por el ejemplo que ofrecen los compañeros, y especialmente los responsables del equipo y managers de la compañía.
Por esta razón, todos los mandos de la compañía han sido los protagonistas indiscutibles de este proyecto crítico que sigue en marcha y en constante evolución y mejora.
Para que una nueva incorporación pueda dar lo mejor de sí, todos debemos de dar lo mejor de nosotros, porque… Todos somos tutores.