La Asociación de Empresarios de Salones de Juego de Aragón (AESA), que agrupa a 25 empresas operadoras titulares de más de 100 salones de juego y máquinas recreativas en las tres provincias aragonesas, ha celebrado un multitudinario encuentro con la Asociación de Chinos de Ultramar en Aragón que agrupa a los propietarios de 1.300 establecimientos de hostelería de la comunidad autónoma en los que trabajan más de 5.000 personas, para poner de manifiesto las consecuencias que tendrá la aplicación de la nueva Ley del Juego de Aragón que se tramita en las Cortes de Aragón, en forma de destrucción de empleo y cierre de negocios. Durante el encuentro se ha llevado a cabo una recogida de firmas contra este texto legal al que han dado forma durante los últimos meses todos los grupos políticos representados en las Cortes de Aragón.
José Antonio Rubio, presidente de AESA, ha mostrado su apoyo a la comunidad china que se dedica a la hostelería en Aragón “porque la nueva Ley del Juego les va a recortar drásticamente sus ingresos”. En cuanto a la amenaza que supone la nueva norma, Rubio ha cuantificado en “un 30% los salones de juego que tendrán que cerrar”, lo que supone “una afección muy grave”.
Por su parte, Yu Liu, secretaria general de la Asociación de Chinos de Ultramar en Aragón en España, ha pedido “a los políticos aragoneses que escuchen la voz de los chinos que trabajamos aquí” y ha manifestado su rechazo a la nueva ley. “Estamos muy preocupados porque los ingresos por las máquinas de juego son muy importantes para la supervivencia de nuestros negocios. Muchos de los chinos que regentan bares son mayores y no hablan bien el idioma ni van a poder entender el sistema de control informático que quieren imponer”, ha destacado.
La modificación de la actual Ley 2/2000 del Juego de Aragón que actualmente se tramita en las Cortes de Aragón puede suponer, si se aprueba con la redacción dada a la última versión, que al menos el 20% de los pequeños bares de barrio tengan serias dificultades para seguir abiertos.
Esto se debe a que el texto plantea nuevas limitaciones en todos los bares y establecimientos hosteleros que dispongan de máquinas de juego, de modo que sean los titulares y empleados quienes deban realizar en todos los casos las comprobaciones previas para saber si una persona puede jugar o no. Así, cada vez que alguien quiera jugar en una máquina, habrá que pedirle la documentación e introducir los datos en el equipo informático con conexión a internet que
deberá estar dispuesto en el bar. Cabe suponer el trastorno que estas comprobaciones supondrán para los titulares o empleados de los bares, que mientras realizan estas tareas no podrán atender a su clientela.