Tan desfasado está el reglamento municipal que regula el servicio del taxi en la ciudad, que si uno de sus profesionales comete una infracción, el Ayuntamiento de Burgos se encuentra con que la sanción que puede imponer rondará entre las 1.000 y las 15.000 pesetas para las faltas tipificadas como leves y puede llegar hasta las 50.000 en el caso de las muy graves. Traducido para todos aquellos que no conocieran la antigua moneda, el importe del castigo oscilaría entre los 6 y los 300 euros. Así de obsoleta está una normativa que fue aprobada en 1994 y que ahora, 28 años después, parece que se quiere renovar. Aunque está por ver si dará tiempo a revisarla este mandato, lo cierto es que ya existe un borrador que se está negociando con el sector.
Otra de las novedades que deja reflejado el texto es la prohibición de que los taxis lleven «publicidad de casas de apuestas, sexista o que atente contra los derechos de las personas». Leer noticia completa en diariodeburgos