Ayer ocupaba nuestras páginas una entrevista con José Ramón Sainz. Empresario muy experimentado en el sector como lo acreditan sus cuarenta y tres años al frente de Recreativos COLINDRES firma de su propiedad. En el plano asociativo sus servicios son también destacados. Ha encabezado FEMARA donde sigue perteneciendo a su directiva y preside ACEO, la asociación cántabra de la que viene siendo titular desde hace treinta y seis años, lo que denota sobradamente la confianza que ha sabido ganarse a pulso entre los operadores de máquinas y de salones.
Tema muy de actualidad es la presencia de la máquina en los establecimientos de hostelería. En los locales de nueva creación y una concepción distinta el producto está teniendo un nulo o difícil encaje. Si a ello se añade la invasión que en éstos espacios tienen las loterías y los cupones de la ONCE nos explicamos los descensos de instalación de máquinas en los bares de unos años a ésta parte.
No obstante ésta situación José Ramón Sainz se muestra optimista en cuando a la permanencia de la máquina en el bar. Pero para que esto siga aconteciendo de cara a un futuro que está a la vuelta de la esquina señala dos aspectos esenciales del producto: ” que subraye su espíritu recreativo y que se adapte a los gustos cambiantes de la ciudadanía.»
El segundo de los puntos señalado por Sainz considero que es clave en cuanto se refiere a la consolidación de la máquina en hostelería. Necesariamente debe acoplarse a las nuevas demandas que se producen en materia de juego y diversión. La máquina de hoy difiere a la de veinte años atrás por una razón: el público actúan y demandan propuestas más acordes con la época tecnológica que vivimos y ahí los fabricantes, que lógicamente están en ello, deben de bucear en la consecución de fórmulas de diversión que enlacen con las aspiraciones de un segmento de público perteneciente a una generación que vislumbra la inteligencia artificial.
Es positivo que dirigentes tan conocedores del sector como José Ramón Sainz pongan negro sobre blanco las cualidades que la máquina debe poseer si expresa voluntad firme de seguir en el bar. Del que en muchos casos continúa siendo pieza vital.
