Tiempos lejanos ya cuando conocí a Manuela Jiménez en Brasil. La cita fue en Sao Paulo metrópoli gigantesca donde todo se hace a lo grande: edificios, negocios, proyectos. Urbe colosal que por entonces era escenario de una feria del juego a la que acudí. Manuela ostentaba entonces la representación de R.FRANCO en el país. Tamaña responsabilidad en una mujer joven dejaba traslucir una preparación muy sólida sobre la industria y una voluntad fuerte para afrontar los problemas derivados del negocio, que en la época que cito y en el país de referencia no eran pocos ni estaban exentos de múltiples complicaciones. En lo tocante al juego y en la etapa que evoco operar allí equivalía a trabajar en una especie de jungla en la que se exigía tener mucho temple y redaños para sortear obstáculos y salir indemne de avatares y competencias que salpicaban el panorama empresarial. De allí, y con las experiencias acumuladas, Manuela salió doctorada a cum laude y dueña de los conocimientos suficientes para dirigir cualquier iniciativa importante.
Dieciocho años atrás Johnny Ortiz crea ZITRO. En su primer manifiesto público, del que dimos cuenta en exclusiva en SECTOR, la firma anuncia que su presencia en España provocará una auténtica revolución en el juego. Y doy fe de que no se hablaba por hablar visto lo acontecido posteriormente. Entonces Johnny estaba por voluntad propia y estrategia personal en un segundo plano.
Y es Manuel Jiménez quién asume el mando delegado. Se convierte en la imagen pública de ZITRO y coordina sus acciones. En períodos de competencia feroz Manuela desarrolla una labor crucial a base de muchísimo trabajo y de acertar en el plano de las relaciones. Ni suele perder la compostura ni se deja llevar por impulsos viscerales. Lo suyo es la templanza, el hablar y escuchar y el saber cumplir objetivos apoyada en unos productos cuya originalidad y sentido evolutivo sirven para conmocionar el mercado del entretenimiento.
Con Johnny ya en el puesto de mando supremo y potenciando ZITRO a una velocidad de vértigo Manuela Jiménez sigue desempeñando un papel crucial en la compañía. Es la imagen serena, la voz dialogante que no sube el tono si bien cuando es preciso canta las cuarenta. Es la esencia de un ZITRO imparable no sólo en España sino a escala global que traspasa fronteras sin darse el menor respiro. Y ahí sigue. Manuela continúa siendo la esencia que gratifica el ambiente empresarial y lo transforma en espacio de acuerdos y éxitos. Esa es Manuela Jiménez, gran dama del juego.






