Jesús Martínez, director general de Innovación Tecnológica de Melilla, ha opinado sobre el I Congreso de Juego organizado por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) dirigida por Mikel Arana. Dicha opinión la ha publicado en LinkedIn. Es la siguiente:
«Que la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) haya decidido organizar un congreso es, en principio, una buena noticia. El sector necesita espacios de reflexión pública sobre el juego, su regulación, su impacto y su futuro.
Pero al revisar el programa del I Congreso Internacional del Juego, es difícil no pensar que volvemos a repetir el mismo error: hablar del juego sin contar con la industria del juego.
El listado de ponentes está copado por reguladores, académicos y responsables públicos, mientras las voces empresariales —quienes gestionan, innovan y garantizan el cumplimiento normativo día a día— apenas existen. El resultado es un congreso desequilibrado, que proyecta una visión parcial y, en buena medida, ideologizada.
Si el objetivo es debatir sobre el juego de forma constructiva, excluir a los actores del propio sector solo empobrece el diálogo. No se puede comprender ni mejorar lo que se decide no escuchar.
Además, insistir en un discurso centrado casi exclusivamente en el “daño que produce el juego” ignora realidades esenciales: el empleo que genera, la inversión, la transformación tecnológica o el compromiso con el juego responsable. Reducir el debate al riesgo es reducir también la posibilidad de avanzar.
El sector no pide complacencia, sino equilibrio y participación real. Escuchar a todos los que intervienen —reguladores, operadores, investigadores, expertos en salud y en tecnología— es la única vía para construir políticas eficaces y sostenibles.
Un congreso que se plantea desde la exclusión, o que parece buscar reafirmar una visión negativa del sector, nace lastrado. Porque organizar un congreso sobre el juego sin la industria del juego es, sencillamente, una oportunidad perdida.
Y, sobre todo, un flaco favor a quienes defendemos una visión integral, responsable y moderna del sector, en la que regulación, innovación y protección convivan como pilares de un mismo proyecto».













