La situación en torno a la plataforma de vídeos en directo Kick y su relación con el juego online es preocupante, especialmente por el impacto que puede tener en la audiencia joven. Los casos de creadores de contenido que han llevado sus transmisiones a extremos peligrosos, como el de la muerte del creador francés tras 10 días sin dormir, resaltan la necesidad de una regulación más estricta y una mayor responsabilidad por parte de las plataformas y los influencers.
El fenómeno del «trash streaming» y la promoción de contenido degradante no solo plantea cuestiones éticas, sino que también puede tener consecuencias graves para la salud mental y el bienestar de los espectadores, muchos de los cuales son adolescentes. El hecho de que el 65% de la audiencia de Kick esté en el rango de edad de 16 a 34 años es alarmante, dado que esta es una etapa crucial en el desarrollo de hábitos y comportamientos.
Los «links» de casinos online, que ofrecen bonos de bienvenida y créditos para jugar, son una estrategia común utilizada por influencers para atraer a nuevos usuarios a plataformas de apuestas. La facilidad de acceso a estos sitios, especialmente sin un sistema adecuado de verificación de edad, aumenta el riesgo de que menores de edad se involucren en el juego, lo que puede llevar a problemas de adicción.
La popularidad de la categoría «Casinos y slots» en Kick, con audiencias que alcanzan hasta 100,000 espectadores, indica que el contenido relacionado con el juego está capturando la atención de muchos jóvenes. Esto plantea un desafío significativo para la regulación del juego online y la protección de los consumidores, especialmente los más vulnerables.
Es fundamental que se implementen medidas más efectivas para proteger a los jóvenes de los riesgos asociados con el juego y el contenido degradante. Esto podría incluir regulaciones más estrictas sobre la publicidad de juegos de azar, así como un mayor control sobre las plataformas de streaming.











