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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Wynn Hotel, lujo en Las Vegas

10 de octubre de 2025

Uno de mis últimos viajes a Las Vegas coincidió con la inauguración del Wynn Hotel. Tuve la oportunidad de visitarlo desde mi residencia habitual del Venettian Hotel que no distaba demasiado del nuevo establecimiento. Es una zona de la mayor concentración hotelera que registra Las Vegas la mayoría de cuyos establecimientos solía visitar con frecuencia para no dejar de sentir admiración por tanto derroche de fantasía arquitectónica y conceptual en cuanto a la fisonomía de los edificios.

El Wynn era entonces el último grito en materia hotelera. Un gigante de cristal que se elevaba majestuoso sobre el cielo de Las Vegas para irradiar luz y dibujar trazos futuristas sobre un horizonte que tiene de fondo la maravilla natural del Gran Cañón del Colorado a cuya sima bajé desde un helicóptero bamboleante, que me hizo sentir el cosquilleo del miedo, para resarcirme del susto tomando unos fresones con champagne entre la mirada curiosa de unos cuervos.
Vuelvo al Wynn para expresar mi admiración por un complejo hotelero que entonces era lo más de lo más, lo que es mucho decir después de sentirme absolutamente abrumado por el espectáculo visual que desprenden los grandes establecimientos de Las Vegas, donde todo lo que está al alcance de la vista es un puro espectáculo de imaginación ideada para sorprender a los visitantes y doy fé de que lo consiguen.

El Wynn desprendía aromas de un lujo casi insultante. Tiendas para adquirir modelos, pieles o joyas tras sacar del bolsillo muchos miles de dólares. Bar de copas con rasgos de película made in Hollywood, donde el barman trazaba maravillas en el aire con la coctelera. Y unos servicios más propios de las mil y una noche que del mundo actual. Alardes por todos lados: en colosalismo, en el recreo de la historia, en la evocación del ayer lejano en el tiempo. Y los casinos funcionando a tope a lo largo de la jornada.

Me entero por SECTOR que la compañía del Wynn sigue su proceso de expansión. Y al más alto nivel. Todo en Las Vegas se concibe desde lo más alto del pensamiento y la obra para fascinar al visitante.

Las Vegas es una falla inmensa de cartón piedra. Un derroche incesante propio de nuevos ricos que quieren deslumbrar al personal. Cuna de gansters de película. Y rincón dorado para trasportarte a un universo donde reina la felicidad si sabes controlarla y huyes de las apuestas arriesgadas.