Lamentablemente, el atraco al bar El Castillo en Priego de Córdoba es un recordatorio de los riesgos que enfrentan los propietarios de negocios, especialmente en horarios tempranos. La situación descrita es alarmante, no solo por la violencia del acto, sino también por la vulnerabilidad del propietario en un momento en que debería sentirse seguro al abrir su establecimiento.
Es preocupante que, a pesar de la hora y la cercanía de otros negocios y vecinos, nadie haya notado nada sospechoso. Esto podría indicar una falta de vigilancia o comunicación en la comunidad que, en situaciones como esta, podría ser crucial para prevenir delitos o ayudar a las víctimas.
El autor de los hechos forzó una máquina B para sacar el dinero que había en el interior, y pasó al otro lado de la barra del bar para coger el dinero que había en la caja. Después se ha marchado del lugar sin que el dueño, presa del pánico, se levantase para identificarlo.













