La decisión de Supermercados Deza de no vender Lotería de Navidad este año marca un cambio significativo en la tradición de la cadena, que ha sido parte del paisaje comercial en Córdoba durante años. La empresa ha explicado que esta medida se toma tras una «cuidadosa reflexión» y se basa en la creciente demanda que ha superado con creces la disponibilidad de participaciones en los últimos años.
El hecho de que las papeletas se agotaran en menos de seis horas en los últimos tres ejercicios ha generado una situación de desigualdad entre los clientes, donde muchos se quedaban sin la oportunidad de participar en el sorteo, mientras que otros lograban obtener sus boletos. Esta situación ha llevado a la empresa a preocuparse por las decepciones que causaba a los clientes y la incomodidad que generaba para el personal en las tiendas.
Al optar por no vender la lotería, Supermercados Deza busca promover una relación más equitativa con sus clientes y evitar las frustraciones que surgen cuando las participaciones se agotan rápidamente. Aunque esta decisión puede ser dolorosa para la empresa, ya que implica el fin de una tradición apreciada, refleja un compromiso con la satisfacción del cliente y la búsqueda de un ambiente más justo en sus establecimientos.
Este tipo de decisiones también puede abrir un debate más amplio sobre la venta de lotería y otros productos de juego en el comercio minorista, así como sobre cómo las empresas pueden adaptarse a las necesidades y expectativas de sus clientes en un entorno cambiante.
