El IBJR – Instituto Brasileño de Juego Responsable-, que reúne a las principales casas de apuestas de Brasil y del mundo, expresa su más vehemente repudio a las críticas del sector bancario a las empresas de apuestas deportivas, alegando preocupación por el endeudamiento de la población. Es una contradicción insostenible y un acto de profunda hipocresía por parte de un catalizador histórico del sobreendeudamiento en el país.
Los datos de la Encuesta de Endeudamiento y Incumplimiento del Consumidor (PEIC), de la Confederación Nacional de Comercio, muestran que casi el 80% de las familias brasileñas están endeudadas, y la principal fuente de este endeudamiento no son las apuestas, sino las tarjetas de crédito, un sistema de pago que no es aceptado por las apuestas reguladas en Brasil. Es un producto de oferta masiva, con tasas de interés que alcanzaron un alarmante 451,5% anual en agosto.
En la discusión de la Medida Provisional (MP) alternativa al aumento del IOF, los bancos admitieron que su «única preocupación» es el impacto de la tributación de las cartas de crédito rurales e inmobiliarias (LCA y LCI), productos bancarios. Es claro que el sector está tratando de desviar la atención de sus propios privilegios estructurales y de su innegable responsabilidad en el escenario de deuda del país.
«Desde la regulación del mercado de las apuestas deportivas, hemos defendido un entorno debidamente supervisado, con reglas claras y operadores comprometidos con el cumplimiento legal, para garantizar un ecosistema transparente, responsable y libre de enlaces ilícitos. El IBJR refuerza su compromiso con el diálogo constructivo para el desarrollo de un mercado regulado, seguro y responsable, que contribuya al crecimiento económico y a la protección del consumidor brasileño», señalan.