La percepción de que los administradores de lotería en España son millonarios no se corresponde con la realidad, según explica Fernando, propietario de la administración ‘La Fortuna’ en San Agustín del Guadalix. Con 26 años en el sector, Fernando destaca las dificultades económicas que enfrentan los loteros, principalmente debido a la congelación de las comisiones y el incremento de los gastos.
El sector, que en su día generaba mejores beneficios, ahora vive una situación precaria. Las comisiones que reciben por la venta de boletos han estado congeladas durante 21 años, con solo un pequeño aumento del 0,25% en los últimos años, lo que no compensa la inflación y los costos asociados. Fernando indica que, en realidad, solo reciben un 4,5% bruto de la cantidad destinada a premios, una proporción que consideran injusta y que pone en riesgo su rentabilidad.
Además, señala que los gastos en seguros sociales, materiales y contratación han aumentado, mientras que los ingresos no han mejorado. Como autónomo, Fernando describe su situación como una «ruina» y una «inaguantable» carga económica, especialmente en un contexto donde la inflación erosiona aún más sus beneficios.
Este relato refleja un sector que, lejos de la imagen de lujo y abundancia que a veces se asocia con los administradores de lotería, enfrenta serias dificultades económicas, poniendo en duda la sostenibilidad de muchos negocios en esta actividad.