Cirsa, propiedad de Blackstone, prepara su salida a Bolsa con un estreno bursátil previsto entre la segunda y tercera semana de julio, tras activar la operación debido al interés de inversores a largo plazo, pese a la tensión en Oriente Próximo. La operación combinará una oferta pública de suscripción (OPS) de 400 millones de euros y una oferta pública de venta (OPV) de 60 millones, con un tamaño menor al inicialmente planeado (entre 700 y 1.000 millones de euros), tras una reciente inyección de Blackstone de 240 millones para reducir la deuda.
La valoración de Cirsa se estima en más de 5.200 millones de euros, basándose en un EBITDA de 745 millones de euros para 2025 y un descuento en cotización respecto a Lottomatica, similar a un múltiplo de alrededor de 7 veces EBITDA. La participación que saldrá a mercado será menor del 25%, pendiente de aprobación por la CNMV.
El proceso incluye reuniones con inversores en Londres, celebradas el pasado 18 de junio, y cuenta con asesoramiento de Lazard, Garrigues, Simpson Thacher & Bartlett, Linklaters, y bancos coordinadores como Barclays, Deutsche Bank, Morgan Stanley, y otros. La compañía, con sede en Terrassa, reportó en 2024 ingresos de 2.150 millones de euros y un EBITDA de 699 millones, con crecimiento sostenido en los últimos trimestres.
Tras su debut, Cirsa incorporará cinco vocales independientes en su consejo y realizará el tradicional toque de campana en la Bolsa de Barcelona. Además, tiene previsto repartir un dividendo en 2024 equivalente al 35% del beneficio, como parte de su política de retribución futura, aunque aún no formalizada oficialmente.