El futuro del proyecto de Hard Rock en Vila-seca se presenta incierto, según las declaraciones del alcalde Pere Segura. A pesar de que el Govern de la Generalitat sostiene que el inversor sigue interesado, Segura considera que, con los nuevos cambios fiscales que se aprobarán, el proyecto tal como estaba planteado ya no será viable. La modificación de los impuestos al juego, que pasarán del 10% al 55%, obligará al inversor a decidir entre reformular el proyecto o solicitar una indemnización.
El alcalde menciona que el anterior Govern ya había solicitado un informe sobre los costes de paralizar el proyecto, lo que podría llevar a que la multinacional norteamericana reclame compensaciones de hasta 50 millones de euros. Sin embargo, la Generalitat no parece estar considerando este escenario por el momento.
Segura también señala que si se eliminara la parte del casino del proyecto, la inversión tardaría al menos cinco años en materializarse debido a los trámites administrativos y cambios urbanísticos necesarios. Además, critica la politización del proyecto y advierte que, incluso si se eliminara el casino, el debate continuaría centrado en otros aspectos como el turismo.
El alcalde concluye que cerrar el proyecto de Hard Rock es prácticamente imposible, ya que implicaría una serie de cuestiones legales y reclamaciones de indemnizaciones. En su opinión, la modificación de la fiscalidad solo trasladaría la decisión al adjudicatario, quien deberá decidir el futuro del proyecto bajo las nuevas condiciones. Segura expresa su escepticismo respecto a las afirmaciones de que el proyecto seguirá adelante o que se realizará con cambios, considerándolas poco realistas.