Desafíos y peligros para los salones de juego

| 2 de enero de 2025

Los últimos años han sido muy complejos para la actividad económica en general y para el sector del juego en particular. A los problemas del mundo empresarial se han unido los propios del sector, que no es necesario enumerar por ser de todos conocidos. La sensación es que casi siempre vamos de sobresalto en sobresalto y cuando hay calma hablamos a menudo de “calma tensa”.

Quizá es mejor asumir que siempre ha sido así y aprender a trabajar en estas circunstancia, y estar prevenidos y preparados. El “más vale prevenir que lamentar” es tan cierto como poco puesto en práctica. Aún con el trágico recuerdo de la DANA, lo tristemente habitual es actuar cuando las cosas ya han sucedido.

El trabajo preventivo hay que realizarlo en épocas de mayor sosiego y calma. Como sector hemos mejorado en nuestras formas de entender la realidad política, mediática y social, y ahora mismo nos encontramos en una buena época para realizar este trabajo, para ganar en interlocución y diálogo, para que nuestros interlocutores nos conozcan mejor, y nos tengan como referencia empresarial cuando lo precisen.

Las tormentas siempre han vuelto. Debemos trabajar para afrontar sus consecuencias con amplitud de miras. Con esfuerzo y solidaridad, sí, pero también con inversión y determinación, lo que no quita para que en muchas ocasiones tengamos que reaccionar a los atropellos que se producen.

Este sector hace las cosas igual o mejor que cualquier otro. Somos muy intensivos en generación de empleo, aportamos mucho dinero en impuestos y somos muy activos en RSC y JR.

Y no debemos cansarnos de decir que nuestra esencia como sector es ofrecer ocio y entretener a un cliente mayor de edad y con criterio, y hacerlo con todas las garantías que nos exigen.

Y por todo eso también nosotros nos hemos ganado el derecho a ser tan exigentes como el que más.

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