Nombrar Enrique Rosas es mentar un profesional serio, competente e inquietud por seguir creciendo en su empresa, Playsol. En 1996 fundó una compañía que es a día de hoy una marca de referencia en el sector recreativo andaluz. Hablamos, en EXCLUSIVA, con Enrique Rosas quién también es presidente de la federación ANMARE.
¿Cuánto años lleva en el sector del juego y cuál es su puesto profesional actual?.
Desde siempre, empecé a trabajar en el año 1988, y lo hice en una empresa de máquinas como Técnico Especialista, fue en el 1996 cuando fundé PLAYSOL y aquí sigo desde entonces, luchando y peleando.
¿De qué es de lo que se siente más orgulloso de Playsol?.
De los clientes que han pasado a ser una gran familia.
Ustedes han comercializado muchos modelos de máquinas, ¿Cuál o cuáles han sido fundamentales a nivel comercial en el devenir de Playsol?.
Sin duda fue una diana de colgar que fabricaba Kursaal, su exitoso modelo Victory, esto nos ayudó a crecer exponencialmente en nuestros comienzos. Luego vinieron las tragaperras, en las que marcas como Sega, Europea, Sleic, Unidesa y por supuesto Recreativos Franco.
¿Qué requiere el recreativo andaluz para mantenerse estable y seguir mejorando en 2025?.
Supongo que lo mismo que el resto del recreativo, seguridad jurídica, y fiabilidad en los productos.
¿Cómo está siendo la relación con la Junta en esta legislatura?.
Muy correcta, impera el sentido común por parte de nuestros dirigentes y eso cala a todos los niveles.
Como presidente de ANMARE, ¿considera que la máquina B actual tiene cabida en ese nuevo concepto de bar o gastrobar alejado más del bar “popular o de barrio?.
Por supuesto, y los números lo demuestran, alguien acuñó aquello de “nueva hostelería” y desde luego en esta etapa post-covid, sin duda tratamos con un nuevo sector empresarial que ha cambiado radicalmente la manera de trabajar, y esto nos está afectando directamente.
¿Una aspiración por alcanzar a nivel profesional?.
Poder jubilarme en esta industria.