Mark Scheinberg: el multimillonario israelí al que acusan de querer montar un casino en el Food Hall de Canalejas

| 23 de octubre de 2024

Estaba destinado a convertirse en una especie de Pike Place Market de Seattle, pero desde que en 2021 se fundó el Food Hall Canalejas, el éxito del proyecto no ha sido el esperado. Este rincón gastronómico gourmet ubicado en el mismo edificio que el lujoso hotel Four Seasons buscaba poner el mundo entero en el mapa de Madrid. Sin embargo, la empresa que gestionaba la mayor parte de este espacio de puestos de comida está al borde de la quiebra.

Dicha empresa es Mad Gourmets, cuya sociedad acaba de entrar en concurso de acreedores. Acumulan una deuda de más de dos millones de euros que su dueño, Gonzalo Bugallal, cree que puede saldar. «No estamos muertos. Hemos presentado el concurso de acreedores como un procedimiento para conseguir un plan de viabilidad y de reestructuración con el fin de reducir los costes y poder seguir con la actividad», dijo esta misma semana en una entrevista con EL MUNDO.

El hostelero es uno de los tres protagonistas de una historia que parece haber escogido villano. Los otros dos involucrados son el multimillonario mexicano Luis Amodio, presidente del fondo OHLA, y el empresario israelí Mark Scheinberg, que gestiona el fondo Mohari Hospitality.

OHLA y Mohari son propietarias al 50% del Centro Canalejas, edificio que otrora fue sede del Banesto y que hoy alberga el hotel Four Seasons, un centro comercial con tiendas de lujo y el espacio de restauración gourmet. Pero, mientras los dos primeros negocios prosperan, el Food Hall, con todo su porte rutilante y apariencia de meca de la alta gastronomía, no consigue tener suficientes peregrinos. Falta, sobre todo, público turista, ya que el nacional es que entra más y el que conoce mejor sus servicios.

Ubicado en el sótano de este edificio colosal emplazado a las faldas de la Puerta del Sol, el Food Hall de Canalejas tiene un gran local arrendado por la empresa Mad Gourmets. La empresa empezó con 16 puestos, pero ahora tienen 12. EL MUNDO desveló el descontento que algunos trabajadores del establecimiento tienen con el fondo Mohari Hospitality, al que acusan de querer aprovechar la coyuntura para que los restaurantes cierren e instalar un casino.

Aunque de momento el proyecto de apertura de un casino en el Centro Canalejas es solo una conjetura, muchos se han preguntado quién es el dueño de Mohari y por qué está apostando por Canalejas.

No es la primera vez que a Scheinberg se le acusa de no jugar limpio. Este empresario, que se hizo millonario gracias al portal de juego PokerStars, lleva años enzarzado en múltiples disputas legales con su compañero del Centro Canalejas, OHLA. El israelí y su socio director, Allen Smith (ex presidente y ex consejero delegado de Four Seasons), entraron en el negocio del Centro Canalejas en 2017. Socios desde entonces de Luis Amodio, acaban de ser denunciados por OHLA. Les acusan de haber puesto cláusulas abusivas a la hora de entrar al negocio, tales como exigir unos ingresos mínimos o tener una rentabilidad garantizada.

Aun así, fuentes cercanas a OHLA resaltan que las relaciones entre la firma de Amodio y Mohari son cordiales, máxime cuando en 2023 el nombre de Mark Scheinberg sonó como posible nuevo dueño del cinco estrellas Four Seasons.

Nacido en Israel en 1973, Mark Scheinberg se mudó con sus padres a Canadá siendo un adolescente. En 2001, con 28 años, fundó el sitio web PokerStars junto a su padre, Isai Scheinberg, programador informático de profesión que hasta entonces trabajaba para IBM. Tras una etapa de prosperidad, viajaron temporalmente a Estados Unidos para expandirse.

No les trajo muy buena suerte, ya que en 2011 fueron denunciados por el gobierno estadounidense, acusados de operar juegos de azar sin regulación federal, algo que estaba prohibido. En 2020, el padre de Mark Scheinberg se entregó a las autoridades de Nueva York. Durante sus primeros años de existencia, PokerStars operaba en la británica Isla de Man, considerada un paraíso fiscal. Tras la venta de la empresa en 2014 por 4.900 millones de dólares, la sede se trasladó a Toronto.

Amante de los animales, viajero y aventurero, el empresario mantiene un perfil bajo tanto en redes como en eventos sociales. La escasa cifra de seguidores que tiene en su cuenta de Instagram, apenas 26.000, no hace justicia a su patrimonio, estimado en 5.300 millones de dólares. Su fortuna en el juego no es la que parece tener en el amor, ya que siempre se le ha considerado un soltero de oro al que, a sus ya 51 años, nunca se le ha conocido ni pareja ni trío. elmundo

IPS banner