Albert Solà Maristany es una figura relevante en el recreativo español. Sus inicios fueron con 17 años en la empresa que fundó su padre, compaginándolo con los estudios, hace ya 44 años.
«Desde esa época el sector del recreativo ha tenido una concentración importantísima, principalmente debido a que los márgenes han ido bajando paulatinamente y la única manera de sobrevivir en el sector es ganando mucho volumen en cantidad de máquinas operadas para compensar esta bajada de margen», destaca Solà.
Esta concentración en los últimos años se está acelerando debido a la entrada de grandes fondos de inversión que están apostando por invertir en este sector.
La Asociación Europer, de la que Albert Solà es presidente, se creó en 1989 con la finalidad de unir esfuerzos las pequeñas y medianas empresas de juego en Cataluña para poder seguir compitiendo en un mercado tan difícil. «Creo que el mayor logro de Europer ha sido precisamente este, poder crear una especie de familia entre operadoras muy diferentes», matiza.
A día de hoy en las juntas Directivas se habla de temas que se contemplan desde hace muchos años, pero se debe a que los empresarios del sector son muy competitivos y la siguiente generación en muchos de los casos sigue con la misma ilusión.
«Creo que uno de los problemas que ha tenido el sector es que delante de la Administración y de la sociedad el sector siempre ha crecido bajo la sombra de la sospecha, y el tiempo siempre ha acabado demostrando que la realidad era otra. Llevo de presidente de Europer más de 30 años y la verdad es una experiencia única poder defender a un sector tan apasionado y entregado a la causa como este».
Para Solà el sector del juego lo que necesita es un poco más de comprensión por parte de la Administración y que sepan que la diferenciación entre juego privado y juego público no la marca el que uno es bueno y el otro malo.
«Al final estamos explotando el mismo negocio, pero el juego público tiene la gran ventaja que puede utilizar los Diarios oficiales para hacer normas que le beneficien. Al final cuando tú sales a competir lo que quieres es que las normas sean las mismas para todos. Y ésta es y será la gran lucha que el sector debe seguir defendiendo. Igualdad para todos los competidores en el mismo negocio».
