Impresentables declaraciones del ministro Bustinduy sobre los locales de juego

| 9 de septiembre de 2024

Pablo Bustinduy Amador (Madrid, 1983), ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, se ha cubierto de gloria. Nuevamente unas declaraciones impresentables y denunciables. En esta ocasión en el medio Relevo. Ahí van…

Su ministerio también lleva Consumo, que es el organismo regulador de las apuestas deportiva y ha implantado recientemente el programa de sospechas de amaños SIGMA. ¿Alguna valoración?

Se han firmado una serie de convenios con organismos y entidades muy importantes, incluyendo a la Liga de Fútbol Profesional, la Federación Española de Fútbol, la Guardia Civil, la Policía Nacional, la Ertzaintza, otras federaciones deportivas. Y el sistema está funcionando bien, aunque está en fase inicial. Ha habido ya varias actuaciones basadas en las alertas que derivan de este sistema y, en general, es una de las herramientas que tenemos para avanzar para erradicar cualquier sospecha de amaño o fraude en competiciones deportivas.

¿Qué puede hacerse con todas esas casas de apuestas que hay en los barrios más golpeados y el riesgo que supone para los jóvenes?

No me gusta nunca contestar así a las preguntas, pero es importante saberlo: las casas de apuestas físicas en los barrios son competencia de las comunidades autónomas. Muchas de ellas han reformado sus leyes a raíz de la toma de conciencia social que se ha producido respecto a los efectos nocivos que tienen las casas de apuestas, especialmente en la juventud trabajadora y en la de los barrios más humildes. Pero es verdad que muchas de las licencias que se concedieron, hasta que no expiren, van a seguir ahí.

Pero se ha cambiado la legislación en muchos sitios y es una realidad que va a ir cambiando. Es importantísimo seguir machacando con la labor de concienciación social, explicando que este es un inmenso negocio extraordinariamente lucrativo que se aprovecha de las condiciones de vulnerabilidad, especialmente de personas jóvenes en los barrios más desfavorecidos de nuestras ciudades, vendiendo la falsa idea de que es posible la acumulación de riqueza instantánea. Estos negocios funcionan en gran medida como una manera de expoliar a la clase trabajadora y a largo plazo causan enormes problemas de adicciones, de comportamientos patológicos, de problemas económicos y sociales y, por tanto, hay que seguir avanzando hasta que consigamos erradicar este modelo depredador. relevo

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