Juan Padrón, como el mismo se definió era un ‘Trovador de Sueños’, creó empresas de diversos sectores exitosamente, cuido su querida esposa Matilde, siempre pendiente, apoyando y ayudando a sus numerosos hijos y a las muchas personas que necesitaban de su consejo o ayuda de diversa índole.
Había un pequeño escritorio en el lobby de Hotel Santa Catalina donde atendía a muchas personas que solidaban entrevistarse con él como si de una consultora se tratara.
Siempre comentaba que había aprendido a leer a los 21 años, pero aquella tardanza educativa se veía compensada por su inteligencia emocional, su olfato y valor para emprender negocios con éxito, lo queda demostrado por su dilatada trayectoria empresarial.
Con su amplia sonrisa que le acompañaba siempre, no solo con buen tiempo sino en los momentos difíciles, irradiaba empatía, altruismo y solidaridad con los que tenían y con los que no tenían, ayudaba al que lo necesitaba de una u otra forma.
Tras una infancia muy dura, huérfano de madre al nacer a la sombra de nuestro Roque Nublo, en la culata de Tejeda, fue de niño pastor de cabras con su padre, afilador de cuchillos, transportista, comerciante, hizo de casi todo para sacar su familia adelante, con enorme esfuerzo y gran mérito personal y logró llegar a ser un gran empresario saliendo de abajo.
Estando en El Aaiún en 1975 lo perdió todo y regreso a Las Palmas sin nada y con todo un familión con esposa e hijos de todas las edades detrás, pero supo enfrentarse a la adversidad y por su decisión, valor y prestigio le dejaron a crédito las primeras máquinas recreativas con las que volvió a empezar y triunfó.
Con la concesión del Hotel Santa Catalina logró su gran ilusión a la que dedicaba una parte importante de su tiempo.
Estoy convencido que para todas las personas que tuvimos el enorme privilegio de conocerte, ser tu Amigo y compartir muchos momentos en diferentes etapas de la vida tanto de salud como enfermedad, has dejado una huella imborrable de respeto, afecto y admiración.
Sigues viviendo en nuestros corazones, descansa en paz porque no te olvidamos, (René De Lamar fue amigo y médico de Juan Padrón). canarias7