Más de una década después de que Hard Rock anunciara la intención de construir un complejo de ocio con casinos al lado de PortAventura, el proyecto continúa encallado en trámites administrativos y dividiendo a los partidos políticos. Las cabezas de lista por Tarragona a las elecciones del 12-M de los siete partidos que sacaron representación en la provincia en los últimos comicios al Parlament en 2021 discrepan sobre las razones por las cuales el proyecto no se ha desarrollado. Unos lo atribuyen a motivos técnicos mientras que para otros como Junts, Vox o Ciutadans la principal razón es que se han puesto trabas a nivel político. La interpretación sobre el peso que ha tenido Hard Rock en la finalización de la legislatura también es diferente.
Entre los partidarios del complejo están PSC, Junts, Vox y Ciutadans, mientras que ERC, CUP y Comuns Sumar se posicionan en contra. “No es el modelo de ERC. Nosotros apostamos por un turismo de calidad pero también somos conscientes de las mayorías parlamentarias”, afirma Raquel Sans, cabeza de lista de los republicanos. Sans asegura que el ejecutivo saliente había “heredado un compromiso del Incasòl gobernado por Junts” e indica: “responsabilidad es coger todos los proyectos que hay en el cajón y que cumplan toda la normativa”, sostiene. Por lo tanto, para ERC si el complejo no se ha desarrollado ha sido “por razones técnicas”.
La cabeza de lista del PSC, Rosa Maria Ibarra defiende que se siga la tramitación administrativa como en “cualquier otro proyecto” y que sea “medioambientalmente rigurosa”. De todas maneras, considera que “si se generan expectativas” a los inversores, “se tiene que seguir” la tramitación y cree que el ejecutivo “tiene que tomar las decisiones que sean beneficiosas para la ciudadanía”. Pese a todo, que estén en marcha estos trámites, para el PSC demuestra que el proyecto “no está encallado”.
Para la cabeza de lista de Junts, Mònica Sales, hay “motivos políticos evidentes” que han impedido que Hard Rock se haya desarrollado y afirma que “ha habido un retraso voluntario en el proyecto” causado por el Govern, que a la vez ha hecho caso omiso a un “consenso social de alcaldes, cámaras de comercio y tejido social y económico”. Sales también defiende la “desburocratización” para impulsar iniciativas empresariales.
Desde Vox, el número 1 por Tarragona, Sergio Macián, considera que “el separatismo ha puesto siempre trabas a cualquier inversión económica en Catalunya” y propone que si Hard Rock tiene una fiscalidad reducida también se aplique “a los comerciantes de la provincia”. Macián defiende que el complejo tiene que cumplir la normativa y hay que garantizar “que no se evadirán impuestos”.
El cabeza de lista de Ciutadans, Matías Alonso, reconoce que empiezan a ser “muy pesimistas” respecto al futuro de la iniciativa porque la tramitación del nuevo Plan Director Urbanístico “está en un cajón y parece que no saldrá”. “Está absolutamente encallado por una decisión política del Govern”, expresa.
La CUP cree que los motivos técnicos son los que están impidiendo la tramitación del proyecto. “Si alguien decidiera sacarlo adelante, estaría prevaricando”, asegura su cabeza de lista, Sergi Saladié, que añade que “con los informes de la Generalitat en la mano, Hard Rock no es del todo legal y se tendría que paralizar”. A la vez, defiende que si más de 30 años después de la expropiación de los terrenos “no se ha desarrollado el interés común” que se alegó, las parcelas tienen que volver a sus propietarios o pasar “a manos públicas”.
Finalmente, la candidata de Comuns Sumar, Yolanda López, también apunta a motivos técnicos recuerda que el ejecutivo “se gastó 150.000 euros en un informe que decía que Hard Rock no es sostenible medioambientalmente”. “Sería muy extraño que sin hacer modificaciones ahora hubiera un PDU favorable”, expone.
Final de legislatura
Las formaciones también ven de manera diferente la importancia que ha tenido el proyecto en la finalización de la legislatura en el Parlament. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, convocó elecciones a raíz de la imposibilidad de aprobar presupuestos después de la negativa de los comuns, que pusieron la parada de la tramitación de Hard Rock como línea roja.
“Hemos sido coherentes, no nos lo pueden atribuir a nosotros. ERC ya tenía claro en enero que no podía salir adelante la legislatura. Querían acabarla”, subraya la candidata de Comuns Sumar. Desde los republicanos, Sans replica: “Hard Rock ha sido la excusa que han utilizado porque han hecho cálculos políticos” y señala “muy claramente a Comuns y Junts”, a los cuales acusa de hacer una “irresponsabilidad que pagará la ciudadanía del país”.
La visión de los ‘juntaires’ es muy diferente y Sales afirma que en su formación son “expertos en saber la poca capacidad de cumplimiento de los acuerdos del Govern” de ERC. “Es evidente que el final de legislatura ha estado marcado por Hard Rock; de manera muy irresponsable porque ha generado tensiones territoriales que eran evitables”, valora Sales. También lo ve así Vox, puesto que según Macián “ha tenido un peso determinante” y ha sido “la cuestión que ha hecho finalizar la legislatura”.
Desde el PSC, Ibarra responsabiliza de la convocatoria electoral tanto a republicanos como progresistas. “Se han encontrado el pan y el hambre. Los comunes no han querido aprobar los presupuestos y ERC ha llegado muy agotada y ha decidido convocar elecciones”, sentencia. Sergi Saladié (CUP) también señala a los comuns, de quienes dice han puesto a Hard Rock “como excusa” para tumbar las cuentas por un “cierto oportunismo político”. También cree que el proyecto ha sido una “excusa” el cabeza de lista de Ciutadans. “Aragonés tenía una necesidad imperiosa de avanzar las elecciones porque se está desangrando hacia el Junts de Puigdemont”, opina Alonso.
Incidencia en el futuro
Las formaciones también tienen perspectivas diferentes sobre el impacto que tendrá el proyecto en el próximo ciclo político. En diferente grado, Ciutadans, PSC, CUP y Junts creen que será un tema del cual se hablará a menudo y que puede marcar la agenda. “Tiene que estar encima de la mesa y se tiene que desencallar de una vez por todas. Si es viable, tiene que salir adelante”, defiende Matías Alonso. Por su parte, Saladié cree que la CUP siempre lo ha puesto en el foco y destaca que gracias a su tarea se ha conseguido retrasar, mientras que Sales cree que “se tiene que hablar” porque “es vital para la demarcación.
En cambio, Comuns, ERC y Vox tienen más dudas sobre la importancia que cogerá en la próxima legislatura. Raquel Sans considera que “la tendrá en la medida que las formaciones cojan la bandera y los medios compren los titulares”. Para los comuns el objetivo es parar el proyecto y, por lo tanto, esto implicaría que no se hable. “Si podemos evitarlo, lo evitaremos”, indica López. En Vox tampoco tienen claro el impacto que tendrá: “no sé si al final los inversores se cansarán” y se marcharán, finaliza Macián. diaridetarragona