La falta de acuerdo para el proyecto de un macrocomplejo de turismo, ocio y casinos de la cadena Hard Rock en Tarragona ha sido la gota que ha colmado el vaso en el difícil equilibrio que mantenía en pie el gobierno de Cataluña. Este 13 de marzo, Pere Aragonès se ha quedado sin el apoyo suficiente para poder aprobar los presupuestos y ha decidido convocar elecciones anticipadas para el próximo 12 de mayo.
Fue en 2014 cuando la empresa Veremonte y la Caixa pusieron sus ojos en un terreno de Tarragona. Una zona sin construir entre Salou y Vila-seca, al lado de Port Aventura. Contó con el apoyo del entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas. El proyecto contaba con realizar seis parques temáticos, un casino y un hotel con una inversión de 4.800 millones de euros. Veremonte se echó atrás y años después Hard Rock recuperó la idea simplificándolo a un hotel, un casino y un área comercial.
Cuenta con el apoyo de los grupos ERC, PP y PSC de Salou y Vila-seca, así como con el de las organizaciones empresariales de la zona por el desarrollo urbanístico y la creación de empleo que el proyecto promete en la comarca. Sin embargo la CUP, Comuns y organizaciones ecologistas se muestran en contra por su impacto ambiental, más en un contexto de sequía, así como por el modelo turístico que representa y porque un «macrocasino atentará» contra la salud pública e «incentivará la ludopatía».
La tribu-corporación de los Seminola (Seminole Tribe of Florida), adquirió la marca Hard Rock, presente en el mundo entero, en 2007 por 965 millones de dólares. Ahora cada miembro de la tribu de los Seminola percibe cerca de 100.000 dólares al año en dividendos.
Max Osceola, el antiguo líder de los seminolas fallecido en 2020, hablaba de su tribu antes de que en 1981 ganasen un pleito al gobierno federal que les permitió entrar en el negocio del juego, como del periodo que calificaba como de ‘pobreza’ o BC, por ‘before casinos’ (antes de los casinos).
En 2007 compraron Hard Rock y Osceola anunció al mundo: «Nuestros antepasados vendieron Manhattan por baratijas, ahora vamos a recuperar Manhattan». Están presentes en 180 países y ahora podrían poner uno de sus grandes hitos en Tarragona si la política catalana se pone de acuerdo. elcorreo