El Govern se abre a renegociar las condiciones de la actividad del Hard Rock para que los casinos que albergue el macrocomplejo de ocio proyectado en el Camp de Tarragona paguen más impuestos. Una propuesta planteada por los comunes que coge fuerza tras las declaraciones de la consellera Natàlia Mas.
La titular del Departamento de Economía asegura que lo ha hablado con su equipo y que es partidaria de «encontrar una mayoría parlamentaria para modificar» la rebaja de la fiscalidad de esta actividad al 10%, aprobada por el Parlament en 2014: «En la Cataluña de 2024, a todos nos haría daño a los ojos».
Una modificación que no enfade a los inversores
Los socialistas no cierran la puerta a esta renegociación de los términos, sin entrar en el concreto de las cifras, aunque el partido de Jéssica Albiach, que mantiene su veto a los presupuestos, quiere impedir los beneficios fiscales del Hard Rock y ha registrado una proposición de ley para ello. La legislación anterior contemplaba horquillas del 20 al 55% en función de la facturación.
Ante el escenario de que esto pueda vulnerar los derechos adquiridos de los inversores, la consellera cree poder llevar a cabo la modificación «sin que esto pueda derivar en que el operador diga que es un cambio en las reglas del juego». «Es una cosa técnica que no va vinculada a las licencias», ha insistido en el programa Cafè d’idees de RTVE Catalunya este miércoles.
Contradicciones con el Hard Rock
Sea como fuere, el Govern sigue enquistado en sus propias contradicciones a vueltas con el Hard Rock, que vuelve a ser una línea roja en la negociación por los presupuestos de la Generalitat para 2024. Unas cuentas a las que los comunes han presentado una enmienda a la totalidad como forma de presión contra la Generalitat para que retire el proyecto.
La última en evidenciar el desorden de ideas en el seno del Ejecutivo catalán ha sido la propia consellera. «Pensamos que en la Cataluña de 2024, el Hard Rock no encaja, pero no es una decisión política. Hay algunos pasos que están regulados por ley y no daros tendría consecuencias económicas y jurídicas», en palabras de Mas, que ha recordado que el proyecto «lleva 12 años paralizado y pueden pasar otros 12 más».
En este sentido, el Govern lo deja todo en manos de «partes privadas que deben entenderse» y se excusa en la ley de 2014 aprobada por el Parlament (en la que ERC votó en contra) que habilitaba beneficios fiscales para los inversores del Hard Rock: «No depende de nosotros». Y preguntada por sí cree que se construirá en Cataluña, ha apostado más «por que no que por que sí; el Govern no hará más que lo mínimo requerido y esto no hará que el proyecto haga una realidad, que depende de muchos otros factores».
Buenas palabras para los comunes
La titular del Departamento de Economía trata de convencer a los comunes con el posicionamiento del Govern respecto al proyecto, y ha evidenciado lo «difícil» de arrancar los votos necesarios «en los días que quedan» para la votación de las cuentas. Después de constatar la lejanía de posiciones con Junts y de conocer la enmienda a la totalidad de la CUP, Mas lo fía todo al partido de Jéssica Albiach.
«Seguiremos trabajando con los comunes y llegaremos a un entendimiento. Nuestro trabajo en equipo años anteriores han enriquecido los presupuestos», ha valorado la titular del Departamento de Economía. Para ella, «el Hard Rock nada tiene que ver con las partidas presupuestarias ni se tratará en el debate del Parlament», y ha insistido en que «hace falta un entendimiento de tres grupos y no podemos centrarnos en un aspecto externo». elespanol