Jaime Jordana (Codere) participa en el encuentro «Diseñando el futuro de trabajo» organizado por el diario Expansión

| 21 de febrero de 2024

Las áreas de personas se están adaptando a un panorama de profundos cambios en los puestos de trabajo, cuya evolución irá estrechamente ligada a tecnologías como la inteligencia artificial.

Casi cuatro años después del experimento global de teletrabajo que propició la pandemia, las empresas continúan avanzando hacia el modelo idóneo que combine las ventajas de la actividad presencial y en remoto. El trabajo híbrido ya es una realidad que ha incrementado la flexibilidad en las oficinas, al mismo tiempo que la IA se perfila como un eje disruptivo para la transformación de las capacidades y perfiles profesionales que demandan las compañías. En un contexto de creciente competencia por el talento, los espacios de trabajo están llamados a reinventarse para dar respuesta a estas tendencias.

Estos retos protagonizaron el encuentro Diseñando el futuro del trabajo: Desafíos y oportunidades en la era de la transformación e inteligencia artificial, que organizó EXPANSIÓN en colaboración con Steelcase.

Desafíos

Muchas organizaciones ya han tomado conciencia de que la IA puede tener un impacto realmente transformador sobre el talento, las habilidades y los puestos de trabajo. No obstante, aún queda mucho por hacer desde las áreas de RRHH. «Debemos invertir más en rediseñar los roles del modo necesario para incorporar estos cambios al día a día de nuestro trabajo y extraer todos los beneficios que pueden tener estas tecnologías», subrayó Cristina Hebrero, socia responsable de People & Change de KPMG España.

Para Jaime Jordana, director corporativo de personas de Codere, «el gran reto de la implantación de la IA pasa por hacer una buena identificación del talento y elaborar un plan de reskilling para todas aquellas personas que se verán impactadas por los cambios». En este proceso, Jordana hizo hincapié en que la capacidad de adaptación de los empleados es particularmente importante en un escenario en constante evolución. Desde el lado de las empresas, deberán brindarles una mayor flexibilidad y acompañarles en esta transformación.

«La principal cualidad de la IA generativa es que es una tecnología con una velocidad de adopción muy rápida, pero hay que actuar con cautela e identificar las áreas donde puede ser más útil», planteó David Martín, director de RRHH para Iberia de Steelcase. Para las compañías, es una cuestión de adaptarse o morir. En cualquier caso, Martín advirtió que «eso no quiere decir que vayamos a ser más robotizados, sino todo lo contrario: las cualidades humanas se verán potenciadas y la IA ayudará a liberar tiempo».

Maria Luz García de Castro, directora de People para Iberia de Ericsson, puntualizó que «debe haber una adaptación en dos planos distintos: quienes ya estamos en el mercado laboral tenemos que aprender a utilizar esta tecnología, mientras que aquellos que aún no están deberán entender qué se les va a requerir en el futuro». Es decir, aquellos jóvenes que conozcan los entresijos de la IA y sepan interpretarla tendrán una gran ventaja a la hora de incorporarse al mercado de trabajo.

En la misma línea, «es importante sensibilizar a las empresas para que desarrollen estas herramientas, pero también a las personas para que cambien su mentalidad y sus habilidades», resaltó Ricardo Trujillo, director de impacto social y capital humano de Forética. De forma adicional, se refirió a la necesidad de dotar a la IA de la dimensión ética y de sostenibilidad: «Estamos a tiempo de marcar unas pautas que nos ayuden a construir un mundo que sea más justo y mejore la igualdad de oportunidades».

Nuevos trabajos

Como resultado de esta interacción con la tecnología, «el trabajo va a cambiar: es probable que algunos empleos desaparezcan durante los próximos años, pero aparecerán muchos otros nuevos, que ahora mismo se intuyen pero no están lejos de ser una realidad», comentó el representante de Forética. Trujillo se mostró optimista y consideró que «el balance será positivo, pero hay que tener en cuenta que las habilidades necesarias en estos trabajos serán distintas».

Para que esta transición sea suave y no deje grandes damnificados, «es clave la velocidad a la que el ecosistema sea capaz de adaptarse», matizó Maria Luz García de Castro, que hizo énfasis en la necesidad de renovar el sistema educativo. Asimismo, la responsable de Ericsson afirmó que «las empresas tecnológicas debemos hacer una gran labor de evangelización para fomentar las carreras y vocaciones tecnológicas».

En cambio, la desconexión entre el sistema educativo y las capacidades que necesitan las organizaciones podría agravar la brecha existente en cuanto a talento. En este sentido, Cristina Hebrero indicó que «si no evolucionan los modelos de aprendizaje y formación, queda en riesgo la adopción de estas tecnologías debido a la escasez de talento». Ante esta situación, la socia de KPMG agregó que «las áreas de personas y gestión del cambio cobran aún mayor importancia».

La estrategia de talento está adquiriendo una creciente relevancia en la agenda de las compañías. «Debe pasar a ser un asunto de la dirección estratégica de la compañía y un elemento clave para ser competitivos», dijo Jaime Jordana, que añadió que «tan importantes son las herramientas como el soporte emocional» que las personas necesitan para desempeñar su trabajo.

En definitiva, David Martín subrayó que «no hay que tener miedo de la IA porque, con un uso ético y adecuado, puede elevar la calidad del empleo». En paralelo, esta tecnología puede ser decisiva para dar un impulso a la productividad. El director de RRHH para Iberia de Steelcase concluyó que «España ha sufrido una gran caída de productividad, y cualquier herramienta que pueda contribuir a mejorarla será bienvenida». expansion

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