La Ley del Juego de Baleares ya es una realidad. Un texto que de origen atacaba la línea de flotación de los negocios y mostraba su lado más prohibicionista. Por lo menos se ha conseguido asegurar la renovación de los salones. Hablamos con Luis Cruz, presidente de la asociación de salones SAREIBA.
– ¿Qué valoración hacen desde SAREIBA de la nueva Ley del Juego?
Siempre hemos manifestado que esta reforma de la Ley de juego era del todo innecesaria en la coyuntura actual, recién salidos de una pandemia y con una normativa moderna y adaptada a la realidad social de nuestro territorio. Los decretos de todos los subsectores se han aprobado en los últimos años. Consideramos, y así lo hemos manifestado en multitud de ocasiones, que cambiar el marco normativo con tanta frecuencia incide muy negativamente en la seguridad jurídica que necesita cualquier sector empresarial para desarrollar su actividad.
Por otro lado, lamentamos una vez más que se tome la senda prohibicionista en lugar de trabajar en la prevención y la educación, algo que también hemos manifestado razonadamente en repetidas ocasiones sin que nuestro regulador autonómico haya valorado tan siquiera la posibilidad de llevar a cabo iniciativas de esta naturaleza. En este sentido, hemos transmitido reiteradamente a la Administración competente en materia de juego que un incremento de las restricciones al juego legal para reducir la ludopatía acabará generando el efecto contrario pues se va a derivar una cantidad importante del juego legal al juego ilegal, donde no existen ni mecanismos de protección ni controles de ningún tipo.
Lamentamos también que esa política prohibicionista ponga el foco únicamente en el sector del juego privado y en de los salones de juego en particular, dejando totalmente al margen al juego público, que sigue gozando de enormes privilegios para desarrollar su actividad, una actividad que acapara prácticamente la mitad de todo lo que se juega en nuestra comunidad autónoma.
Por último, desde Sareiba estamos en desacuerdo con las formas en que se ha llevado a cabo el diálogo social por parte de la Conselleria de Transición Energética y Sectores Productivos para el redactado definitivo de la Ley. Si bien hemos sido tratados de manera correcta y cuando lo hemos solicitado se nos ha atendido y se nos ha escuchado, desde el principio se nos ha mantenido al margen de la mesa de negociación creada para la tramitación de esta ley. Se ha dejado de lado a la Comisión Balear de Juego. En su lugar se creó de facto una paralela “mesa social del juego” en la que están representadas una serie de organizaciones que afirman defender a colectivos vulnerables y que, a excepción de uno solo de sus miembros, no pertenecen a la Comisión Balear de Juego. A pesar de haber solicitado en repetidas ocasiones formar parte de ella, en ningún momento hemos sido invitados ni nosotros ni los sindicatos, ni ningún representante de la sanidad pública, con el consiguiente sesgo que ello implica en las deliberaciones e informes emitidos y difundidos ampliamente en la prensa a bombo y platillo.
– ¿Qué aspectos consideran que se podían haber obviado o mejorado?
Todo el contenido de la reforma de Ley es, insisto, innecesario. En base a los datos objetivos y sanitarios de nuestro sector no existe motivo alguno que justifique afrontar una reforma de este calado. Los controles de acceso actualmente vigentes funcionan y son efectivos. No tenemos incidencias de menores en salones de juego, algo que ha reconocido incluso el propio vicepresidente Yllanes en sede parlamentaria. En cuanto a lo mejorable, quizás se debería haber redactado de manera más precisa algunos de los preceptos recogidos en el texto. Muy mejorable es también la exposición de motivos de la Ley, de cuyo redactado nos hemos quejado desde el comienzo de las negociaciones, está plagada de informaciones notoriamente incorrectas, inconexas e irreales sobre el sector del juego privado balear.
-¿Qué panorama se vislumbra a corto y medio plazo en el sector de salones de Baleares?
Está por ver cómo se interpretan algunos aspectos de la Ley cuyo redactado puede generar algo de confusión. En cualquier caso, haber asegurado las renovaciones de los salones aporta cierta tranquilidad a los operadores ya que nos permitirá seguir explotando nuestros locales con la seguridad jurídica que aporta esta circunstancia.
– ¿Son los medios de pago alternativos al efectivo una prioridad para sus establecimientos?
A día de hoy no está en nuestra agenda a corto plazo solicitar medios de pago alternativos al efectivo. Teniendo en cuenta la actual coyuntura y la aprobación de la nueva Ley, creemos que no es momento de afrontar más reformas. No obstante, es algo a solicitar a medio plazo siempre que nuestro interlocutor político sea receptivo, algo que por desgracia en esta legislatura no ha ocurrido en Baleares.
– ¿Se está combatiendo adecuadamente el juego ilegal en las Islas?
Sin duda. En Baleares la brigada de juego lleva a cabo una gran labor contra el juego ilegal.
– ¿Es una amenaza para los salones de juego la venta de juegos públicos?
En condiciones normales de mercado, cada tipo de juego tiene su público y todos los subsectores del juego podrían operar de manera rentable y eficiente, como se ha visto hasta ahora. Ahora bien, el problema surge cuando las reglas no son iguales para todos y, aún peor, cuando uno de los actores que compite en el mercado es a la vez el regulador de ese mismo mercado. Eso crea una anomalía que distorsiona sobremanera no solo el nuestro, sino cualquier sector empresarial que se vea en la misma situación.
– ¿Qué tipo de máquinas, que aún no están vigentes, podrían ser un acicate para los locales?
Gracias al buen hacer de los fabricantes y de los empresarios, el producto de salones de juego ha tenido una evolución formidable en los últimos 10 años y nos ha colocado en una posición competitiva muy interesante. Considero que tenemos las herramientas adecuadas para hacer de los salones de juego unos establecimientos muy competitivos y atractivos para nuestros clientes.