La emoción de ganar dinero por azar, destreza o con cierto conocimiento de tendencias es cada vez más popular, pero la experiencia puede dejar de ser agradable cuando no se puede parar de apostar. Se dice que el jugador es quien decide cuánto y cuándo jugar; otros que las autoridades deben intervenir contra la ludopatía; otros más consideran que la tecnología puede jugar un papel principal regulando el acceso a casinos en línea conforme al perfil de cada usuario.
La persona que juega puede perder fácilmente el control, sobre todo si tiene tendencia a desarrollar una personalidad adictiva. “Es importante considerar a los jugadores que intencionalmente buscan ocultar su propia identidad, ya sea porque poseen un historial negativo, porque buscan cometer algún tipo de fraude o para eludir los requisitos de edad mínima, por mencionar algunos”, indicó Samer Atassi, vicepresidente de Jumio para Latinoamérica.
La realidad es que en América Latina las leyes de los juegos en línea son muy diversas, cada nación promueve sus propias reglas, que no siempre coinciden y, por lo tanto, dificultan la coordinación regional.
“Mientras el debate sobre la responsabilidad en el juego, ya sea físico o en línea prolifera, también lo hacen las tecnologías que automáticamente permiten o prohíban a ciertos jugadores participar en apuestas en línea.”, precisó Samer.
Las diferentes opciones apuntan que no hay una sola respuesta, y en el futuro deberá existir una plataforma capaz de enlazar distintas señales y proporcionar información a los coordinadores de juego junto con las autoridades. Leer noticia completa en pressperu