La capital de Galicia y símbolo del cristianismo en Europa también quiere tener una gran superficie para juegos de azar. El lugar elegido es el bajo comercial del hotel Araguaney, en pleno centro de la zona nueva de la ciudad. En los años noventa, el local fue lugar de peregrinación para los jóvenes compostelanos. Allí donde se emplazaba una de las discotecas más famosas de la época ha puesto sus ojos el Grupo Comar, empresa propietaria del Casino Atlántico de A Coruña. Como adelantó esta semana El Correo Gallego y ha podido confirmar elDiario.es, las reformas ya tienen el visto bueno del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, pero todavía no se ha solicitado la licencia de actividad. En los despachos de la Vicepresidencia Segunda de la Xunta de Galicia ya tienen constancia de la presentación de la solicitud de autorización del nuevo casino que, de ser aceptado, estará necesariamente vinculado como sala anexa al de A Coruña. La Lei do Xogo de Galicia solo permite un gran casino por provincia y, como mucho, una sala satélite añadida.
La información trasciende en un momento decisivo para las salas de juego en territorio gallego. Los tres grupos políticos del Parlamento de Galicia se encuentran inmersos en una negociación para tratar de actualizar la normativa autonómica. Según confirman fuentes presentes en esa comisión, poner o no limitaciones a la proliferación de más casinos en las grandes ciudades es justo el punto de confrontación más claro entre Partido Popular, Bloque Nacionalista Galego y Partido Socialista. La oposición aboga por poner más cercos al juego mientras que el Gobierno gallego parece querer abrir más los cotos, según las mismas fuentes implicadas en la negociación. En ese sentido, la dependencia de las salas anexas al casino matriz y sus limitaciones horarias y de tamaño parece ser un escollo para el negocio del Grupo Comar y Luckia, la empresa que gestiona el Casino de A Toxa y su sala anexa en el Puerto de Vigo.
En cuanto la Xunta de Galicia dé el visto bueno al emplazamiento del nuevo casino y las obras se hayan concluido, el Grupo Comar deberá solicitar el permiso de apertura en la Dirección Xeral de Emerxencias e Interior. Desde ahí, se comprobarán la tramitación de los expedientes y si la reforma acometida en el local es adecuada. Fuentes del sector explican que, salvo defectos formales, lo más probable es que el Gobierno de Alfonso Rueda emita el permiso de apertura. Y este, por último, tendrá que ser avalado por la corporación municipal expidiendo la licencia de actividad en la capital gallega. Con todo, la sala tendrá que regirse en todo momento como satélite del casino de A Coruña y esto implica algunas limitaciones comerciales. Podrá estar abierto solo cuando esté abierto su casino matriz; no podrá ser más grande que el 80% de la superficie del original; y tampoco podrá estar situado a menos de 150 metros de centros educativos. A priori, parece que si sigue estas indicaciones de la actual ley, el nuevo casino no incurrirá en ninguna incompatibilidad. Leer noticia completa en eldiario