El soniquete de las tragaperras ya no acompaña tanto a los bares de la Región, los avance ya no resuenan. Esas máquinas, llamadas de forma técnica tipo b, desaparecen lentamente de los establecimientos de hostelería, con un 1,3% menos de aparatos desde 2016. Los juegos de azar se han trasladado a otros campos, como los eventos deportivos y los casinos online, en los que continúa habiendo tragaperras pero ya no son físicas, sino digitales.
El Informe Anual sobre el Desarrollo del Juego y Apuestas en la Región de Murcia, elaborado por la Agencia Tributaria, constata la realidad que se palpa cuando se entra a un bar: las máquinas tragaperras están perdiendo terreno a marchas forzadas. Las complicaciones para la hostelería en 2020 y 2021, con cierres y controles de aforos debido a la pandemia de covid-19, también jugaron su papel e hicieron daño al sector.
Hace siete años había en la Comunidad un total de 7.122 tragamonedas, de las que quedarían 7.032
En el citado documento se refleja que en la Comunidad murciana hay 7.062 máquinas, la gran mayoría de tipo b. De ellas, exclusivas de salones de juego son 1.726; exclusivas de salas de bingo, 9; especiales de salones de juego y salas de bingo, 1.370 y con premio en metálico 3.923.
Asimismo, constan 34 máquinas de tipo c, que son las que únicamente se pueden instalar en locales específicos de juego como casinos, y en zonas acotadas de juego específicas para su uso.
El informe también incluye datos de años anteriores: en 2016 había en la Región un total de 7.122 máquinas tragaperras. De estas, quedarían 7.032.
No obstante, los datos no dicen que el juego esté bajando: la cantidad total que los españoles destinaron a jugar al bingo y a las máquinas tragaperras ascendió a 2.680,8 millones en el año 2020. En el gasto en máquinas per cápita, la Región, con un gasto de 46,5 euros por habitante, es la segunda en la tabla, tras Valencia. En el bingo, en Murcia se gastaron 12,9 euros por habitante.
La Región tiene una peculiaridad: están prohibidas las máquinas de apuestas deportivas en los bares, a diferencia de otras autonomías, como la vecina Comunidad Valenciana.
Pedro García, presidente de la Federación Murciana del Recreativo, confirma a La Opinión que «hay menos máquinas en la Región y es algo que va sucediendo en los últimos años». «Eso es un dato objetivo», precisa.
En este sentido, manifiesta que «año tras año hay menos máquinas en los bares porque hay menos bares, lo cual no es una buena noticia para la sociedad».
"La realidad es que, con más bares y más juego, la sociedad es más fuerte"
Tal y como reflexiona García, de un tiempo a esta parte, y también debido a la pandemia y al confinamiento que implicó, «nuestros hábitos de consumo tienden a entornos más domésticos, más individuales, menos sociales». Con la realidad de las tecnologías ya arraigadas como parte indispensable en la vida de muchos ciudadanos, «eso hace que haya menos oferta de juego presencial», concreta.
En el negocio del juego «hay un cambio, como en otros bienes y servicios que van más para un consumo online», afirma el resposable de la Federación Murciana del Recreativo.
Además, «la covid ha pasado factura», apunta, para revelar que «ni en el año 2022 hemos recuperado los niveles del juego, que, como cualquier otro bien o servicio así, son servicios a los que la gente destina sus rentas disponibles ociosas». Es consciente de que «las rentas, por la inflación, se han visto mermadas» y subraya que «la realidad es que, si hay más bares, si hay más juego, la sociedad es más fuerte».
García considera que una tragaperras «es una máquina que se ha insertado en la cultura, en la sociedad, desde hace 50 años» y asegura que «en los salones de juegos hay un control de admisión totalmente eficaz». laopiniondemurcia