Cada vez se juega más a la lotería y se empieza más pronto: de media, a los 15 años, según el informe de Adicciones Comportamentales 2021 del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones. Y así es como han empezado a despuntar los llamados rascas: un juego de azar instantáneo, con un precio generalmente bajo y al que resulta muy fácil acceder. El 40,7% de los jóvenes entre 14 y 18 años —que no pueden jugar porque son menores— confiesa que los ha comprado de forma presencial, de acuerdo con ese informe.
Hay diferentes tipos, pero su funcionamiento es muy sencillo: se trata de rascar para obtener las cantidades específicas que pide cada modalidad y, si coinciden, obtener el premio final. Se venden en kioskos o gasolineras —además de en puestos oficiales de la ONCE, que advierte en su web de que en España no está permitido que los menores de 18 años jueguen a los rascas— y se muestran en redes sociales como TikTok. Algo que preocupa a los expertos consultados por Maldita.es: los rascas, explican, ofrecen una respuesta inmediata que “se asocia directamente a la capacidad para desarrollar una adicción”.
Un 48,6% de los jóvenes jugó con dinero de forma presencial, en los últimos doce meses, a la lotería, la primitiva o la bonoloto. Mientras, el 40,7% se decantó por los rascas. Seguidos por las quinielas de fútbol y/o quinigol (32,5%) y las apuestas deportivas (31%).
La lotería se ha convertido en el juego presencial preferido por los más jóvenes (48,6%). El segundo son los rascas: el 40,7% los elige cuando juega, de acuerdo con el informe mencionado. Juan Francisco Navas, profesor de psicología clínica de la Universidad Complutense y miembro del consejo asesor de juego responsable en el Ministerio de Consumo, explica a Maldita.es que el problema empieza muchas veces en las familias: “No tienen conciencia de que la lotería sea un problema. Muchas la conciben como un acontecimiento familiar y muestran una actitud más positiva frente a ella que trasladan a sus hijos”.
Navas señala que aunque la lotería es la modalidad de juego con “menos potencial adictivo”, los rascas son todo lo contrario. “Lo que pasa en el periodo de incertidumbre desde que compras un rasca hasta que recibes el resultado es instantáneo. Y lo que hace adictivo a los juegos es la inmediatez, que se asocia directamente a una mayor capacidad para desarrollar una adicción”, resalta el profesor de psicología clínica de la Complutense.
Para Navas el problema está en que esta modalidad de juego afecta cada vez a personas más jóvenes: “Por su neurodesarrollo son más propensos a desarrollar una adicción. Están abiertos a probar cosas nuevas y si encima tienes acceso, es más probable que lo puedas desarrollar”. Aunque es ilegal que los menores participen en este tipo de juegos —como también se recoge en el artículo 6 de la Ley de regulación del juego—, la mayoría acaba encontrando la manera de apostar.
Para reducir su impacto y evitar una adicción, dice Navas, hay que promover “un control más férreo” por parte de las organizaciones, concienciando a sus trabajadores de que tienen que cumplir la ley, aumentar los controles y concienciarse para proteger a la infancia. Y, también, concienciar a las familias sobre el peligro, en este caso, de los rascas. Que jueguen, opina el experto, depende al final de los chicos, de quien lo vende y de sus familias.
Los rascas llegan a TikTok
La fiebre de los rascas ha llegado incluso a las redes sociales. Solo en TikTok encontramos cientos de vídeos en los que los usuarios rascan sus cupones para ver si están premiados. Estos contenidos se viralizan en la plataforma y pueden acceder a ellos menores de edad.
Los vídeos atraen nuevo público a este tipo de perfiles e incitan a que compren cupones y jueguen. Muchos usuarios mencionan a sus amigos en comentarios para comprar “juntos” nuevos cupones, mientras que otros simplemente quieren más vídeos con “más rascas”.
En Estados Unidos, existen incluso cuentas de TikTok dedicadas única y exclusivamente a los rascas. Tienen millones de seguidores y cientos de miles de visualizaciones en cada vídeo.
La exposición en redes de este tipo de juegos de azar preocupa a los expertos consultados. Más todavía, dice Navas, cuando, a veces, quienes lo muestran son personajes con una cierta notoriedad pública: “Estás enseñando cómo jugar y te está viendo gente que te considera su modelo. Es muy peligroso”.
Navas resalta el doble impacto que tiene el uso de las redes y su unión con conductas que pueden acabar siendo adictivas. Hay una falta de conciencia, dice, del peligro de estas conductas a lo que se suma su mutación con la tecnología. “Esto contribuye a que quienes nos dedicamos al tratamiento estemos sobrepasados y, muchas veces, no sepamos qué hacer”.
TikTok prohíbe estos vídeos, pero siguen publicados
Desde TikTok aseguran a Maldita.es que las normas de Comunidad de la plataforma "no permiten contenidos que promuevan servicios de apuestas o que puedan ser percibidos como publicidad de casinos, empresas de apuestas deportivas o cualquier otra actividad comercial de apuestas".
En la normativa se pide a los usuarios que no se publique, se transmita ni se comparta “contenido que promueva casinos, apuestas deportivas, póquer, loterías, software y aplicaciones relacionadas con las apuestas u otros servicios de apuestas”.
Por lo tanto, nos dicen, serán eliminados de la plataforma "aquellos contenidos que promuevan casinos, apuestas deportivas, póquer, loterías, software y aplicaciones relacionadas con las apuestas u otros servicios de apuestas". Pero, a 28 de octubre, estos vídeos siguen publicados. maldita