Entrar en este domicilio en Parla, como en otro en Fuenlabrada, ha llevado casi tres años de investigación que comienza con un paquete de mensajería.
Dentro, una revista para disimular que entre sus páginas, en pequeños sobres, iban 10.000 dólares. Así impedían que el escáner lo detectara. El destinatario, con identidad falsa, recogía el dinero que luego la organización blanqueaba. "Calculamos que estas personas han estafado en torno a 50 ó 60 millónes de dólares", explica Miguel Iglesias, inspector de Policía Nacional. Llevaban operando, al menos, desde 2014.
¿Pero en qué consiste esta estafa?
Todo empieza con la comunicación de que hay una herencia o un premio de lotería millonario sin cobrar y que puede ser suyo pagando "sólo" los gastos de gestión y de Hacienda. Un timo aparentemente burdo, pero siempre alguien pica. Y el objetivo era claro. Gente mayor. Cartas físicas, en papel. Destino, su mercado principal, Estados Unidos. Y lo hacían desde Portugal porque, ojo, les salía a mitad de precio. "Estamos hablando de envío de 10.000 cartas, por lo que el ahorro era importante", explica el inspector Iglesias.
Aunque la base de este grupo nigeriano estaba en Madrid. "Tenían establecidos varios pisos de trabajo, a modo de call center, con más de 50 líneas telefónicas que tenían activas. Eran donde recibían las llamadas o realizaban las llamadas a sus víctimas". Tras el contacto telefónico, les enviaban más documentación, para hacer creíble su engaño: presuntos certificados bancarios, de notarías en tema herencias, de Loterías y Apuestas del Estado en tema premios y hasta de la Agencia Tributaria. Y las instrucciones, lo de utilizar revistas para camuflar el dinero. Siempre en metálico. Más complicado de rastrear, lo ideal para el crimen organizado. agencia